Al llegar la tarde le llegó el turno al barrio donde vivo.
Como siempre resultó extraordinario poder compartir con mis convecinos la alegría y el carácter festivo de la jornada en la Llibreria Orquídea, situada en la confuencia de las calles Biscaia y Olesa.
Bajo un auténtico sol de justicia pude debatir literáriamente con muchos conocidos que son buenos aficionados a la lectura. Un verdadero privilegio sin parangón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario